lunes, 19 de febrero de 2018

Artesano de la impresión

Cuando la puerta está cerrada, cuando los diques son firmes, cuando el vallado recorre el campo de extremo a extremo, se necesitan tipos de condición firme y pasión decidida para que, consagrados por su talento, sean capaces de derribar los muros y hacer estallar las contenciones preestablecidas.

Cuando uno ve conducir la pelota a Marco Asensio no puede más que sentirse atraído por una fuerza sobrenatural. Su verticalidad agita la cordura y su precisión descoloca cualquier predisposición; por tipos como él el fútbol es un deporte tan imprevisible. Puedes mimetizar cada detalle, analizar cada pulso y prever ciertas contradicciones, pero cuando el talento superlativo aparece, solamente te queda aplaudir e intentar comenzar de nuevo.

El fútbol es tan antiguo en su condición como sencillo en su concepción. En la teoría, se trata de pasarle la pelota al compañero mejor colocado. Lo que para muchos es puro oficio, muchos otros lo llevan más allá. Los tipos elegidos, esos que desbordan talento en la conducción, son hábiles en el remate, precisos en el centro y letales en el remate, viven siempre dos pasos por delante del resto porque saben lo que van a ejecutar un segundo antes de percibir el aliento del rival. Esa intuición los hace diferentes. Esa armonía les convierte en tipos señalados para la gloria. Si el asombro es el circuito cerrado donde se materializan las fantasías, Marco Asensio es un artesano de la impresión porque en cada detalle deja la estela de un sueño recién cumplido.

No hay comentarios: